martes, 15 de enero de 2013

Revistaecclesia - El obispo de Tarazona, Eusebio Hernández Sola, expresa su admiración por los misioneros en Cochabamba



El obispo de Tarazona, Eusebio Hernández Sola, expresa su admiración por los misioneros en Cochabamba




Mons. Eusebio Hernández Sola, Obispo de Tarazona, cuenta con orgullo la labor que se está llevando a cabo en la misión diocesana de Cochabamba y agradece a los misioneros su generosidad y también la de sus fieles diocesanos por haber colaborado en el proyecto navideño “Pon un niño en tu mesa” que podrá seguir alimentando a más de 800 niños en esta zona de Bolivia.“El año pasado os escribía mi primera carta sobre nuestra misión de Cochabamba. Llevaba muy poco tiempo en la Diócesis y todavía no había tenido la oportunidad de conocer personalmente aquella hermosa realidad. Por eso, todo lo que os podía decir era sólo de ‘oídas’.
Este año las cosas han cambiado. Como sabéis, en el mes de Junio, el Señor me concedió la gracia de conocer personalmente la misión y quedé impresionado de la labor que está realizando nuestra Diócesis en nuestra querida misión de Cochabamba. Por eso este año ya no hablo lo ‘oídas’ sino de lo que yo ‘he visto con mis propios ojos’.
He pisado con emoción las calles de la Parroquia Santa Mónica: Barrio Petrolero, Tic-ti, Santa Ana, Profesional… y, sobre todo, he visto rostros, muchos rostros que se han quedado muy grabados en mi retina. Rostros de niños contentos y felices en nuestras Guarderías; rostros de muchos jóvenes alegres en nuestros Colegios. Los he visto danzar con sus bailes típicos, llenos de belleza, colorido y vitalidad. También he visto rostros surcados por el sufrimiento y envejecidos prematuramente por la escasez de recursos humanos. Y enfermos que mueren por no poder pagar las medicinas. Todo lo he visto y todo lo he amado.
Pero, sobre todo, me he fijado, con mirada contemplativa y llena de admiración, en la gran generosidad de nuestros misioneros. Nuestro gran Lorenzo regresa ya definitivamente a España después de ocho años de servicio gozoso, exhaustivo, incondicional.
Jesús, con espíritu juvenil y abnegado, se queda todavía acompañando en todo a los nuevos misioneros y trabajando, de modo especial y admirable, como profesor en la Universidad Católica y como guía espiritual, siguiendo personalmente, con exquisita delicadeza y finura, a muchos seminaristas.
Los nuevos misioneros que acaban de llegar, han sido para mí y para muchos sacerdotes y seglares, una bonita sorpresa. No es normal que un sacerdote, a sus setenta años, quiera iniciar una aventura de ese tipo. Y la quiera realizar, con alegría, con elegancia, con tesón, y con una firme determinación de fijar los ojos en la misión, sin echar la vista atrás.
Y queda Nelly, esa mujer navarra, fuerte y valiente, que acababa de perder a su querido esposo y, lejos de refugiarse en un duelo nostálgico y paralizante, lo ha convertido en energía positiva y fecunda. Ella, llena del espíritu de Francisco Javier, ha dicho a sus sorprendidos amigos y conocidos: ‘yo no me voy a Cochabamba sola. José-Mari, mi esposo, se viene también conmigo’.
Y al mirar a nuestros misioneros, no puedo menos de fijarme también en la espléndida labor de los hermanos maristas en nuestros Colegios y la dedicación total, cercana y maternal de nuestras hermanas de la Caridad de Santa Ana, atendiendo las Guarderías, Comedores y Casa de Acogida.
Esta maravillosa historia, no es sólo mía, ni de los misioneros, es también de toda la Diócesis. Cochabamba evoca, convoca, sugiere y nos provoca a una generosidad siempre nueva. Es verdad que las cosas no andan bien por España en estos momentos; pero vuestro corazón es más grande que vuestros bolsillos.
Lo habéis demostrado con creces. Y quiero agradecer, de un modo especial, a todos los que estáis apuntados en el Proyecto de ‘Pon un niño en tu mesa’. Gracias a vuestra preciosa colaboración, seguimos alimentando a más de 800 niños cada día. Es el mejor regalo de reyes que podéis hacerles. Un abrazo muy grande, mi más profundo agradecimiento y el deseo de un Año Nuevo lleno de paz y felicidad”.
OMPRESS-TARAZONA (15-1-13)

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