jueves, 4 de junio de 2015

Rouco Varela está de vuelta


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Rouco Varela está de vuelta

El Mundo

«Para hacer penitencia», se contestó. Había comenzado haciendo mención de cómo Kiko Argüello se presentó ante el Papa: «Soy un pecador».


Rouco Varela está de vuelta

IGNACIO AMESTOYMadrid

Actualizado: 04/06/2015 01:10 horas

Rouco, arzobispo emérito de Madrid, el martes salió de su retiro en Bailén y sentó cátedra en la Castellana, concretamente en el salón de actos del Hotel Intercontinental; en otro tiempo, Hilton, en el que se hospedaban los Charlton Heston y lasSofía Loren cuando rodaban en España películas como El Cid con el productor Samuel Bronston.

El cardenal intervino en la última sesión de un ciclo organizado porJaime Mayor Oreja sobre La crisis y su disertación se llamó La crisis del alma. Entre los asistentes, Marcelino Oreja,José María Álvarez del Manzano oLuis Peral. Le presentó el economistaVelarde Fuertes, presidente de la Academia de Ciencias Morales y Políticas.

Con el rigor que le caracteriza, el que fue durante 20 años arzobispo de Madrid, fue analizando el comportamiento de los papas con relación a las diversas crisis que la sociedad ha vivido desde finales del XIX hasta hoy. A partir de la 'Rerum Novarum' de León XIII, primera encíclica social, y haciendo un hincapié especial en lo que pudieron representar momentos como el Mayo francés o la Caída del Muro, vino a subrayar que España y Europa estaban bajo la dictadura de un relativismo ético, propiciando el abandono del bien común.

«¿La crisis es una crisis del alma?», se preguntaría Rouco. Para cuestionarse la pervivencia de la palabra alma en nuestra sociedad, y subrayar que el problema era el abandono del espíritu. Concluyendo: «Las crisis o se resuelven espiritualmente o no se resuelven».

Llegado el momento del respetable, se le preguntó por el paralelismo entre la situación actual y los años 30 en España. Rouco llevó la pelota a Europa por la similitud con el triunfo del positivismo jurídico en el primer tercio del siglo XX, y el triunfo nazi en 1933.

No quiso contestar en principio a una cuestión que se le planteó sobre «el perfil bajo de una Iglesia escondida», pero más adelante diría que hay hoy unos movimientos de jóvenes, nada escondidos, que en su juventud, la del 'rock and roll', no se podían ni sospechar.

Y la última pregunta: «¿Los nuevos tiempos políticos son expresión de la crisis o su solución?» «¿Los nuevos tiempos políticos para que van a servir?», se preguntó a su vez. «Para hacer penitencia», se contestó.

Había comenzado haciendo mención de cómo Kiko Argüello se presentó ante el Papa: «Soy un pecador». «Pues ya somos dos», le contestó Francisco. Penitencia, pues, para los pecadores. Mucha penitencia.

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