domingo, 30 de diciembre de 2012

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Kiko Argüello une Navidad y resurrección



El domingo, antes de la Misa de las Familias, la Orquesta Sinfónica del Camino Neocatecumenal interpretará dos movimientos de la sinfonía «El sufrimiento de los inocentes» compuesta por Kiko Argüello, el iniciador de este itinerario de formación cristiana. La pieza «La Espada» lleva al oyente a la escena de dolor de la Virgen María al pie de la Cruz, atravesada por la «espada» del sufrimiento. La otra pieza, «Resurrexit», es una explosión de júbilo, que anuncia la resurrección de Jesucristo. Kiko Argüello explica a LA RAZÓN que así sigue la tradición artística del cristianismo oriental que en los iconos relaciona la Natividad con la Pasión y la Resurrección. «En las dos fiestas decimos "felices pascuas" porque ambas celebran el paso de Dios en la vida», explica Kiko Argüello. El iniciador del Camino recuerda que son muchos los elementos que unen la Navidad y la Pascua de Resurrección. «Pensemos cómo Cristo fue abandonado y rechazado cuando aún no había ni nacido, porque no dejaban alojarse a la Sagrada Familia, y por eso Cristo nace, rechazado, en un humilde portal. Cristo también morirá abandonado y rechazado en la Cruz. Esta relación es lo que queremos expresar con la presencia de estas piezas musicales en la Fiesta de la Sagrada Familia». Antes de la Eucaristía de mañana, Kiko Argüello predicará durante media hora el «kerigma», la palabra griega para designar el anuncio del amor de Jesucristo «que por salvar a los hombres ha muerto y ha resucitado», una exhortación intensa a vivir la Buena Noticia. Recientemente ha publicado «El kerigma, en las barracas con los pobres» (Editorial BuenasLetras), en el que desarrolla esta experiencia de predicación.



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La Misa de la Familia 2012, minuto a minuto

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El anuncio del «kerigma»

  • El iniciador del Camino Neocatecumenal meditará en Colón a partir de este vocablo griego



No hay cosa más grande en el mundo que el anuncio del Evangelio. «Dios ha querido salvar al mundo a través de la necedad del "kerigma"». El kerigma no es un sermón, no es una meditación. ¿Qué es el kerigma? Es el anuncio de una noticia que se realiza cada vez que se proclama. ¿Y qué es lo que se realiza? La salvación. «Dios ha querido salvar al mundo a través de la necedad del "kerigma"». La palabra «evangelio» significa Buena Nueva, Buena Noticia. «Evangelio» y «kerigma» es lo mismo. Anunciar el Evangelio es anunciar el "kerigma". Es tan importante anunciarlo, y que vosotros lo podáis escuchar, que a mí el Señor no me ha dejado casarme, para que pueda dedicarme por completo a esta misión. A través de una cosa aparentemente tan necia como es hablar, decir una noticia, se hace presente la salvación eterna de los hombres.
Normalmente, antes de anunciar el «kerigma, proclamo una Palabra» del Nuevo Testamento. Yo llevo siempre conmigo la Escritura. Hace 45 años que llevo conmigo la Biblia, siempre. Me impresionó el otro día la lectura en la que San Jerónimo dice a los presbíteros: «Tened siempre con vosotros la Sagrada Escritura, la Santa Escritura, la Biblia».
Muchas veces proclamo una Palabra que conocéis muy bien, que habéis escuchado a menudo en el anuncio del «kerigma», una Palabra que para mí es muy importante, porque dice: «Mirad, "ahora" es el momento favorable; mirad, "ahora" es el día de salvación» (2 Cor 6, 2). Este «ahora» es muy interesante, es perfecto, porque quiere decir que, cuando se anuncia el Evangelio, en ese preciso momento, se actúa la salvación. Aunque muchos me habéis oído hablar otras veces, no voy a decir cosas que ya habéis escuchado, porque la predicación es siempre nueva ya que es una obra que hace el Espíritu Santo, que acompaña a los que anuncian el Evangelio. Y lo más importante que hace el Espíritu Santo no es tanto inspirar a los que predican –también esto sin duda es muy importante–, como meterse dentro del que está escuchando, para que pueda creer en el anuncio. Tanto para decir lo que voy a decir, como para creer en lo que voy a decir, hace falta el Espíritu Santo. Como dice San Pablo: «Nadie puede decir: "¡Jesús es el Señor!" si no es por el Espíritu Santo» (1 Cor 12, 3). Para que creáis en lo que digo hace falta que el Espíritu Santo, que está en vosotros, os lo testifique, os lo selle. No es una cuestión racional. No es que os adherís a una verdad racional, o algo así. No. Para que creáis lo que estoy diciendo, necesitáis que os lo testifique dentro de vosotros mismos el Espíritu Santo.
Y esto siempre en vuestra libertad. Siempre. Por eso es un misterio cuando alguien escucha y acoge el anuncio del «kerigma». Uno es tomado y el otro dejado (Lc 17, 34). Uno escucha y cambia su vida, gracias a que la Palabra penetra en él. Esto es la fe según San Pablo. Dice San Pablo (cf. Rm 8, 16) que el Espíritu de Cristo desciende del cielo y, entrando en el hombre, da testimonio al espíritu de ese hombre de que Dios existe, de que Dios le ama, de que Dios es su Padre, de que Dios le ama como a un hijo. Este testimonio interior del Espíritu Santo es, como dice San Juan de la Cruz, un «toque de sustancia». Este testimonio te abre los ojos, te transforma. Es la obra del Espíritu Santo que acompaña a los evangelizadores. Por eso, no es tan importante lo que yo digo como el que Dios te haya elegido, que haya previsto hoy darte una «Palabra de Salvación» (Hch 13, 26) que puede cambiar tu vida. Vais a recibir una Palabra de Salvación, un don que os fortalecerá en la fe, que os hará crecer en la fe, que os ayudará en vuestro camino hacia el cielo: «Congratulations!» ¿Por qué? ¿Quizá porque uno de los que estáis aquí está en pecado mortal? ¿Porque quizá está liado con una mujer? ¿Porque tiene no sé qué problema? Dios es capaz de mover el mundo entero por una sola persona. Dios ha movido los hilos para hacerme venir aquí. Nuestro Señor está lleno de amor, de misericordia, de ternura. Sobre todo está lleno de amor a los pecadores, de amor a nosotros pecadores, a los ladrones, a los adúlteros, a la gente falsa, a los que siempre mienten, a los que roban, a los que juegan... Dios tiene un amor grande, grande, inmenso, a cada hombre, hasta dar la vida por el más pérfido, por el pederasta, por el más canalla. Dios ha dado la vida por él.



por las familias - periodistadigital.com



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“El demonio es el príncipe, porque la sociedad ha renegado de Dios”

Kiko Argüello: “Divorcios, adulterios, fornicaciones… cómo podemos vivir en una sociedad así, que está destruyendo el amor y la familia”

El iniciador del Camino Neocatecumenal anima a las familias a anunciar el Kerygma

Jesús Bastante, 30 de diciembre de 2012 a las 11:16


(J. B.).- Kiko Argüello fue recibido en Colón con una fuerte ovación. Exultante, el iniciador del Camino Neocatecumenal pronunció un discurso de trazo grueso, a ratos apocalíptico, denunciando una realidad dramática, marcada por una sociedad que "ha renegado de Dios" y que fomenta a violencia, el divorcio y el adulterio.

"Divorcios, adulterios, fornicaciones, la televisión, las películas... cómo podemos vivir en una sociedad así, que está destruyendo el amor y la familia", se preguntó durante el anuncio de su Kerygma, que se prolongó durante más de 45 minutos.

Éstas fueron algunas de sus impresiones:


Estoy contento que el Señor me permita anunciaros una Palabra, en preparación a la Santa Misa, en tanto que van llegando las familias de Madrid.
El Santo Padre ha dicho que la crisis de la familia es antes que nada una crisis de fe.
El Kerygma es una palabra griega que significa noticia. Dios ha querido salvar el mundo a través de la necedad de la predicación.
Hoy, anunciándoos esta buena noticia, os anuncio la Salvación, que se realiza hoy en todos nosotros.
Es la hora de la Salvación. ¡Id a anunciad el Evangelio! Dios ha querido salvar el mundo a través del anuncio del Kerygma, del evangelio.
Es una noticia impresionante: Cristo ha dado la vida para que todos podamos recibir la vida inmortal. El ha venido a darnos la vida a los hombres. Ha muerto para que los hombres no vivan ya para sí mismos. Según San Pablo, los hombres tenemos un problema, es que vivimos todo para nosotros mismos.
Dios ha mostrado en su Hijo la verdad de la vida con la que ha creado todo el Universo. Este que han crucificado es Dios mismo. Cristo es Dios, y este amor que aparece en Jesucristo es el que mantiene todo el Universo. Un amor total. Somos invitados, Dios ha querido hacer que podamos vivir en esta verdad, en Cristo crucificado. Ese amor se nos quiere ofrecer
Esta mañana, Dios quiere darnos este amor a nosotros, gratis. Ha muerto por nosotros, y ¿por qué?
Es importante que ayudemos a la familia en su fe, que reforcemos su fe, que le demos la fe, que es una virtud, un don gratuito de Dios, no nos la podemos dar a nosotros mismos. Por eso es tan importante que escuchéis, aunque tengamos frío. Escuchad, porque si escuchamos podemos recibir la salvación, la fe, podemos aumentar nuestra fe. Cada vez que oímos el anuncio de la Buena Noticia, nuestra fe se refuerza.
Quiero ayudar a vuestra fe, para aumentando vuestra fe se realice en nosotros la salvación.


Imaginad que aquí, en este lado, hay un ángel y una mujer. Este ángel está caído, es el Demonio, pero se llamaba Luzbel, y una mujer que se llama Eva. Y hay un diálogo. Y en el centro, imaginad que hay otro ángel y otra mujer, y en el otro lado, hay otro ángel y otra mujer. Hay tres diálogos. En el primer diálogo, en forma de serpiente, el ángel quiere hablar con la mujer. Le dice que coma del fruto del árbol del bien y el mal. Esto de ser como Dios, y ser autónomo, y decidir tú le pareció a Eva un fruto, y comió de este fruto, y dio de comer a Adán. Esto, que se llama el pecado original, tiene consecuencias enormes, porque provocó en Adán y Eva la muerte. Así hoy en Europa vive tantísima gente, siendo dioses de sí mismos. Eso es una consecuencia del pecado original.
Pero la muerte que recibe el hombre por el pecado original, es la muerte de su ser más profundo. Y se traduce en Europa por la destrucción de la familia. Cuando aparece el Señor en la zarza ardiente a Moisés, le dice "Yo soy el que soy". Dios es el único que es, el Ser. Hemos negado la razón más profunda de nuestro ser cuando hemos negado a Dios.
Una de las causas por las que maltratan a las mujeres está aquí. Un hombre que no cree en Dios, si su mujer le traiciona, este hombre experimenta un sufrimiento tan grande que algunos piensan (cómo le haré conocer a esta mujer el daño que me ha hecho). Y hace esta monstruosidad matando a sus hijos. Hace poco, esto lo hizo una mujer en Italia, y lo hizo para hacer comprender a su marido. Antes, Divorcios, adulterios, fornicaciones, la televisión, las películas... cómo podemos vivir en una sociedad así, que está destruyendo el amor y la familia. Por eso estamos aquí, dando testimonio de las familias, con diez hijos, estamos aquí....


Cuando el mundo se llena de guerras, de abortos y de divorcios, y el demonio es el príncipe de esta situación, porque la sociedad ha renegado de Dios. No hay amor sin libertad. El divorcio, el aborto, Auschwitz... el problema de la libertad. Hay otra mujer y otro ángel aquí, al centro. María y el arcángel Gabriel. De nuevo la mujer tiene que escuchar una noticia: "Alégrate María". Dios se complace en ti. Comienza a gestar al hijo de Dios.

Y este tercer angel soy yo. Aquí yo hablo y tú escuchas. Y qué te anuncio yo. Que este Jesús que ha nacido de la Virgen María se ha ofrecido al Padre por los pecados de los hombres. Se hizo pecad por nosotros. Cristo ha querido morir por ti y por mí, para que podamos recibir el perdón de los pecados, y ahora mismo también la vida eterna dentro de nosotros. Ningún asesino tiene vida eterna dentro.
Dios ha venido a traer en Cristo la ida inmortal, por eso el matrimonio es indisoluble, porque el que tiene vida eterna puede amar más allá de la muerte. Cristo nos quiere ofrecer su victoria sobre la muerte.
Escuchadme: la vida inmortal, la vida eterna en nosotros. Por eso dice Cristo amad a vuestros enemigos. Escuchadme bien: la consecuencia de su amor y de su gracia. Muchas veces el primer enemigo es el marido o la mujer o los hijos. Pero ahora podemos amar en una nueva dimensión, "como yo os he amado". Cristo nos amó dando la vida. Ahora podemos amar dando la vida.

¿Cómo es Dios? Dios es así, esta imagen de bronce, este crucifijo. Y qué vemos en este epqueño monigote de bronce: un crucificado. Dios nos ama hasta el extremo de dejarse matar por ti aunque seas un adúltero, un canalla, un falso, un mentiroso.... Nos ama hasta el extremo. Dios ha querido amar a todos hasta el extremo. Es el creador del universo.
Por eso hermanos.... Quiero acabar diciéndoos a todos. En nombre de Dios os suplicamos: reconciliaos con Dios. Somos embajadores del Señor para deciros que Dios ha ofrecido en su Hijo por los pecados de todos los hombres. Si aceptas sus pecados, si aceptas que tus pecados pasen a Cristo y le crucifiquen. Qué es convertirse: creer en la Buena Noticia. Por qué el Kerygma nos salva: porque hace presente un hecho, que Dios ha enviado a su Hijo para que muera por ti. Que lo ha resucitado para tu justificación. El pecado ha sido perdonado. Su resurrección, ¡Aleluya! Y desde el cielo intercede por nosotros.
Ahora mismo nuestro Señor Jesús está presentando sus llagas gloriosas. Si hay alguno que está perdido, destruido, hecho polvo... Te puedo decir que en este momento Cristo presenta sus llagas por ti, y puedas recibir ahora mismo el perdón de los pecados.
Iremos a anunciar el Evangelio por las plazas de Madrid, y de Roma, y de toda Europa. Y si sois perfectamente uno, el mundo creerá.


Escuchad, quietos un momento... Daos cuenta lo que significa que Dios nos haya elegido para una nueva evangelización. No estamos contra nadie: no hay mayor gracia que dar la vida por Jesucristo, que poder ser mártires. Todos somos llamados a ayudar a la Humanidad. Estamos haciendo catequesis en las cárceles, tenemos las cartas de los presos. Vivamos como pobres, anunciad lo mismo que os he anunciado a vosotros. Los que escuchan, su vida cambia. Dios ha querido mostrar en la familia el amor de Dios a los hombres. El amor del hombre a la mujer. Dios es amor de tres personas, y ha querido que el matrimonio sea imagen del amor de Dios.
No tenemos que escandalizarnos del mundo. Aunque el príncipe de este mundo es el demonio, pero nosotros con Cristo seremos siempre perseguidos. Es la ocasión que tenemos de demostrar en nosotros la muerte de Cristo, para que se vea que Cristo está vivo. Que mayor cosa que vivir en el amor.



en la Fiesta de las Familias Domingo de la Sagrada Familia Plaza de Colón, 30.XII.2012;

http://www.porlafamiliacristiana.es/




http://www.revistaecclesia.com/homilia-integra-del-cardenal-rouco-en-la-fiesta-de-las-familias-de-madrid/?utm_source=wysija&utm_medium=email&utm_campaign=ecclesia



HOMILÍA del Emmo. y Rvdmo. Sr. Cardenal-Arzobispo de Madrid
en la Fiesta de las Familias
Domingo de la Sagrada Familia
Plaza de Colón, 30.XII.2012; 12’00 horas
(Eclo 3,2-6.12-14; Sal 83, 2-3. 5-6. 9-10; 1º Jn 3,1-2. 21-24; Lc 2,41-52)
Mis queridos hermanos y hermanas en el Señor, queridas Familias:
1.      La Fiesta de la Sagrada Familia nos reúne hoy, de nuevo, en este año que concluye, el 2012, crítico y doloroso por tantos motivos, para dar gracias a Dios por nuestras familias enraizadas en la fe en Jesucristo, el Redentor del hombre, y pedirle por el bien de la familia cristiana, verdadera “esperanza para hoy”. ¿La única sólida esperanza? Si contemplamos la realidad social y cultural que la envuelve y lo fugaces e inoperantes que son  las alternativas que se proponen para salir de la crisis de verdadera y honda humanidad que la caracteriza, no cabe duda alguna: sólo la familia concebida y vivida en la plenitud de su verdad, como la enseña el lenguaje inequívoco e indestructible de la naturaleza humana, despeja el horizonte de la esperanza para el hombre y la sociedad de nuestro tiempo. ¿Pero cuál es y cómo se conoce la plenitud de esa verdad y cuáles son las vías para comprenderla y realizarla venciendo los obstáculos económicos, sociales, culturales, jurídicos y políticos tan formidables que se interponen en su camino? La respuesta es muy sencilla: cuando se la busca con humilde sinceridad en la escucha de la Palabra de Dios y en la vivencia fervorosa de la celebración del Sacramento de la Eucaristía, especialmente en el día en que la Iglesia trae a la memoria renovada y actual de sus hijos el Misterio de la Sagrada Familia de Nazaret, en cuyo seno nació, se educó y se cobijó el Hijo de Dios, el Salvador del mundo. En ella se abrió e inició la verdadera y definitiva historia de la salvación del mundo. Una historia que ninguna crisis, aunque suponga e incluya los mayores y más horrendos pecados del hombre, podrá jamás interrumpir y, menos, anular.
2.      Por eso, en esta nueva Solemnidad de la singular Familia surgida de una intervención de Dios Padre, sobrenaturalmente única, en un determinado momento del curso histórico de la humanidad elegido y predestinado por Él, hemos invitado a las familias cristianas a encontrarse en “los atrios del Señor” con no menor anhelo y gozo que sentía el salmista al “consumirse” su alma y retozar su corazón y su carne cuando estaba en el Templo de la Antigua Alianza, anticipo de “la Morada de Dios con los hombres”,  realizada ahora sacramentalmente en su Iglesia extendida por todos los rincones de la tierra. Sí, precisamente por esta razón tan divina y tan humana, los hermanos Sres. Cardenales, Arzobispos y Obispos, venidos de toda España y de otras Diócesis Europeas, y, no en último lugar, el Prefecto del Pontificio Consejo para la familia, los sacerdotes concelebrantes, los diáconos, los seminaristas y los numerosos fieles consagrados y laicos, unidos por los vínculos de la familia cristiana, nos reunimos esta radiante mañana del Domingo de la Sagrada Familia en la madrileña Plaza de Colón, evocadora de  tantos memorables encuentros eclesiales, formando la gran Familia de los Hijos de Dios, para profesar ante el mundo, a la luz de la Palabra divina y actualizando eucarísticamente el Misterio de nuestra Redención, la fe en la Verdad de la Familia cristiana reflejada, posibilitada y fundada de modo pleno y definitivo en la Sagrada Familia de Nazaret: en la Familia de Jesús, José y María.
3.      Es bueno recordar esta Verdad atendiendo a las enseñanzas luminosas del Concilio Vaticano II en este Año de la Fe convocado por nuestro Santo Padre Benedicto XVI en el cincuenta aniversario de su solemne apertura, el 11 de octubre del año 1962. Ya entonces, en la delicada coyuntura histórica de tener que consolidar sobre fiables y firmes fundamentos éticos y espirituales un orden jurídico internacional nuevo para una humanidad sumida hacía apenas dos décadas en una trágica contienda mundial, se hacía urgente actualizar la doctrina de la fe sobre la verdad eterna del matrimonio y de la familia. ¡Hoy, quizá, mucho más! El Concilio define el matrimonio (podríamos decir), como “la íntima comunidad de vida y de amor conyugal, fundada por el Creador y provista de leyes propias (que) se establece con la alianza… es decir, con un consentimiento personal irrevocable… Por su propio carácter natural, la institución misma del matrimonio y el amor conyugal están ordenados a la procreación y educación de la prole y con ellas son coronados como su culminación… Cristo, el Señor ha bendecido abundantemente este amor multiforme, nacido de la fuente divina de la caridad y construido a semejanza de su unión con la Iglesia… Así, el hombre y la mujer, por la alianza conyugal, ‘ya no son dos, sino una sola carne’ (Mt 19,6)” (GS, 48).
Queridas Familias: Esta Verdad del matrimonio cristiano es la verdad de vuestras vidas. Es la verdad del fundamento de toda sociedad que quiere y trata de edificarse de modo justo, solidario, profundamente humano y fecundo. ¡Es su futuro! Ignorarla y, más aún, despreciarla es poner en juego su misma viabilidad histórica. Sin la verdad del matrimonio, el organismo vivo, que es la sociedad, se desintegraría. Se pondría en peligro el hombre mismo. “Con el rechazo de estos lazos (los de la familia vivida en su verdad plena) desaparecen también las figuras fundamentales de la existencia humana: el padre, la madre, el hijo; decaen dimensiones esenciales de la experiencia de ser persona humana”, recordaba el Papa Benedicto XVI en su discurso a la Curia Romana con motivo de las felicitaciones de la Navidad, el pasado 21 de diciembre. Decae además, la dimensión de la fraternidad igualmente vital para la digna configuración de la sociedad.
4.      Pero, aún más, la familia cristiana es la célula primera del organismo sobrenatural que es la Iglesia. Lo fue en esa primera y fundamental Familia de Jesús, María y José, que está en la base no sólo de la historia “cronológica” de la Iglesia, sino en su misma entraña teológica como la gran Familia de los hijos de Dios que es la Iglesia. La Iglesia engendra, cría y educa a sus hijos por la Palabra de la Fe y por el Bautismo, con el concurso inestimable e imprescindible de la familia creyente. Como ocurrió con Jesús en la Sagrada Familia de Nazareth. Después de haberse quedado en el templo, ocupado con “las cosas de su Padre”, sabiendo y consciente de que su edad de lo permitía, bajó con sus padres María y José a Nazareth había estado angustiados por la aparente desaparición del hijo− “y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres” (Lc 2,51-52). Así es necesario que ocurra siempre. La familia cristiana es el lugar primero −e insustituible, en principio− para que los hijos nazcan y crezcan en la Fe en Jesucristo, el Salvador del hombre. La“comunidad familiar”, nacida de la carne y de la sangre, santificada por la gracia del Sacramento, fundada, experimentada y vivida como fruto de la donación incondicional del amor en Cristo, es el marco fundamental para que nazca, madure y se forme el hombre, ¡la persona humana!, en toda su dignidad de “hijo de Dios”. En esa comunidad de vida y de amor, que es la familia cristiana, es donde los niños y los jóvenes pueden aprender “en vivo” ese “amor que nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios”: para saber que “lo somos”, como nos lo recuerda San Juan en su primera Carta (1 Jn 3,1). No importa que el mundo no nos conozca, incluso, que nos rechace. En el fondo de esas posturas negadoras de la verdad de la familia cristiana está operante el hecho social de no querer conocerle a Él. Consecuentemente, al no aceptar el mandamiento de Dios de “que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo”, la sociedad actual en muchos de los sectores más influyentes que la componen, no comprenderá su significado implícito de “que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó” (1 Jn 3,24). Con lo cual, se ciegan las vías para una auténtica y duradera renovación social. Profesar la fe en la Verdad de la Familia Cristiana −¡la verdad de Dios que vosotros, queridas familias cristianas, queréis hacer realidad fiel en vuestras vidas, siguiendo el modelo de la Sagrada Familia de Nazareth!−, no sólo es vital para vuestro futuro y el de vuestros hijos sino, también para el futuro de la sociedad y de la Iglesia; más aún, para el futuro de la humanidad. No hay duda: ¡Vosotros sois la esperanza para hoy!
5.      ¡Sed fuertes! Sed valientes en la fidelidad y en la renovación constante de vuestro amor −¡amor fecundo!− como esposos y padres de familia. Seamos fuertes y valientes todos con vosotros en la Comunión de la Iglesia: los Pastores −Obispos y presbíteros−, los consagrados y todos los fieles laicos. Sería una gravísima responsabilidad pastoral y apostólica dejaros solos en esta situación tan dramática, producida por una crisis que os afecta muy directamente en lo económico; pero, sobre todo, en el reconocimiento social, cultural y jurídico que se os debe. Una crisis moral y espiritual que surge y se plantea en sus orígenes como una “crisis de fe” con pocos precedentes en la historia de Europa y de España. En esta hora histórica, el apoyo de toda la Iglesia,  encabezada, guiada y alentada por nuestro Santo Padre Benedicto XVI, es una de las primeras exigencias pastorales del Año de la Fe. ¿Es que alguien puede ser tan cómodo o tan iluso que se permita hablar de “nueva evangelización” o de “Misión” −en Madrid, España, Europa, o en el mundo− sin el compromiso fuerte y valiente de las familias cristianas con la trasmisión de la Fe en Cristo, en “el Dios que es Amor”, a las nuevas generaciones? Hemos oído el bellísimo mensaje del Santo Padre antes de iniciar la Santa Misa. Nos ha evocado sus enseñanzas en el V Encuentro Mundial de las Familias, que tuvo lugar en Valencia los días 8  y 9 de julio del 2006 con el lema: La transmisión de la fe en la familia”. Decía el Papa: “Este encuentro da nuevo aliento para seguir anunciando el Evangelio de la familia, reafirmar su vigencia e identidad basada en el matrimonio abierto al don generoso de la vida, y donde se acompaña a los hijos en su crecimiento corporal y espiritual. De este modo se contrarresta un hedonismo muy difundido, que banaliza las relaciones humanas y las vacía de su genuino valor y belleza” (Discurso en el Encuentro Festivo y Testimonial, 8 de julio de 2006). Se podría añadir: que las priva de la luz de la fe: la única que permite clarificarlas, dignificarlas y convertirlas en cauce de auténtico amor.
6.      Amor que una a los hombres como hijos de Dios en la familia, en la sociedad y, por supuesto, en la Iglesia. El amor que hará posible terminar con esas dramáticas situaciones que se derivan de la extrema facilidad con que se llega al divorcio, se rompen las familias y se somete a sus miembros más débiles, a los niños, a una dolorosísima tensión interior que tantas veces los destruye por dentro y por fuera. El amor dispuesto al socorro y a la ayuda sacrificada y generosa de las familias entre si y entre sus miembros en las circunstancias tan frecuentes y dolorosas del paro, de las dificultades económicas, morales y espirituales. Un amor, que, perseverantemente vivido al calor y con la fuerza de la fe cristiana, hará posible terminar con la estremecedora tragedia del aborto practicado masivamente desde los años setenta del pasado siglo en la práctica totalidad de los países europeos, incluida España, al amparo de una legislación, primero despenalizadora del mismo y, luego, legitimadora. ¿Hay esperanza para afrontar victoriosamente estos tremendos desafíos planteados al hombre y a la sociedad de nuestro tiempo?
7.      ¡Sí! En la familia cristiana que persevera en la oración dentro del hogar, unida a la plegaria litúrgica de la Iglesia; que sabe confiarse al amor de María, la Madre de Jesús, el Hijo Unigénito del Padre, desposada con José, Madre de la Iglesia y Madre nuestra: ¡Amor siempre dispuesto a acoger y a escuchar las súplicas de los hijos! Acogidos a ese amor maternal de la Virgen Santísima, invocada en Madrid como Virgen de la Almudena y en España bajo riquísimas y populares advocaciones, las familias cristianas serán y son la esperanza para hoy.
Amén.

viernes, 21 de diciembre de 2012

¿ Sabías que cosas nos pasan en la Navidad?

¿ Sabías que ?
Las tradiciones y costumbres son una manera de hacer presente lo que ocurrió, o lo que se acostumbraba hacer, en tiempos pasados. Son los hechos u obras que se transmiten de una generación a otra de forma oral o escrita
Autor: Catholic.net | Fuente: Catholic.net

El término Navidad proviene del latín "Nativitas" y significa Nacimiento

Las tradiciones y costumbres 
son una manera de hacer presente lo que ocurrió, o lo que se acostumbraba hacer, en tiempos pasados. Son los hechos u obras que se transmiten de una generación a otra de forma oral o escrita. La palabra tradición viene del latín traditio que viene del verbo tradere, que significa entregar. Se podría decir que tradición es lo que nuestros antepasados nos han entregado.

En el caso de la Navidad, lo más importante de las tradiciones y costumbres no es sólo su aspecto exterior, sino su significado interior.

Conocer por qué y para qué se llevan a cabo las tradiciones y costumbres para así poder vivirlas mejor. Este es un modo de evangelizar.

Existen muchas tradiciones y costumbres que se celebran en el tiempo de Adviento y de la Navidad. A continuación, presentaremos una de ellas con una pequeña explicación acerca de su significado y origen:

Cada 24 de diciembre, miles de turistas se trasladan a Oberndorf, cerca de Salzburgo (Austria), donde hace 185 años fue compuesta la canción “Noche de Paz”, quizá el villancico más conocido del mundo.

El arbolito de Navidad representa, para los cristianos, el brote del tronco de Jesé del que habla el profeta Isaías: “En aquel día saldrá una rama del tronco de Jesé y un retoño brotará de sus raíces. Sobre él reposará el Espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor... (Isaías 11,1-2). Este brote es Jesús. Y el pino particularmente es un árbol que permanece siempre verde, que no pierde las hojas. Como Jesús, que vino al mundo para permanecer siempre entre nosotros, alentándonos en nuestra marcha, animando nuestra esperanza.

Los regalos de Navidad recuerdan los regalos que los magos hicieron al niño Jesús: el oro que representa su reinado, el incienso que representa su divinidad, y la mirra que representa su humanidad (Evangelio de Mateo 2, 1-12). En nuestra cultura se estila regalar especialmente a los niños en nombre del niñito Jesús. Estos regalos deben recordarnos el gran regalo que Dios hizo a la humanidad: su propio Hijo.

San Francisco de Asís fue quien, por primera vez, representó una estampa viviente del pesebre de Belén. Y desde allí esta costumbre comenzó a difundirse por todo el mundo: desde colocar una pequeña imagen debajo del arbolito de Navidad hasta las más increíbles representaciones.


La Flor De Nochebuena es originaria de México. Su nombre náhuatl es cuetlaxochitl, que significa “flor de los pétalos resistentes” y para los aztecas, simbolizaba la sangre de los sacrificios que los indígenas ofrendaban al sol para renovar sus fuerzas.

Los españoles bautizaron la flor como Nochebuena porque florece en diciembre. Desde entonces, estas flores se usan como símbolo de las fiestas navideñas en todo el mundo.

Los Villancicos se dice que el compositor de los primeros villancicos fue el Marqués de Santillana, que compuso una serie de canciones para celebrar con sus tres hijos el misterio de la Navidad.

Sin embargo, los primeros villancicos que se conocen fueron compuestos por los evangelizadores en el siglo V, con la finalidad de llevar la Buena Nueva a los aldeanos y campesinos que no sabían leer. Sus letras hablaban en lenguaje popular sobre el misterio de la encarnación y estaban inspirados en la liturgia de la Navidad. Se llamaba villanus al aldeano y con el tiempo, el nombre de estas canciones navideñas cambió a “villancicos”. Éstos hablan en un tono sensible e ingenioso de los sentimientos de la Virgen María y de los pastores ante el Nacimiento de Cristo.
En el siglo XIII, se extienden por todo el mundo junto con los nacimientos de San Francisco de Asís.

Los villancicos favorecen la participación en la liturgia de Adviento y de Navidad. Cantar villancicos es un modo de demostrar nuestra alegría y gratitud a Jesús y escucharlos durante el Adviento ayuda a la preparación del corazón para el acontecimiento de la Navidad.

Los villancicos nos recuerdan la alegría del nacimiento de Cristo.

¿Por qué se llama «Misa del Gallo» a la misa que se celebra el 24 de diciembre, como término de la vigilia de Navidad? Porque esa misa solía caer «ad galli cantus» al canto del gallo.


La Cena De Nochebuena las familias cristianas se suelen reunir en la noche del 24 de diciembre, víspera de la Navidad, y hacer una cena muy abundante. Se acostumbra comer pavo y otros platillos propios de esta época. Se trata de que sea una cena especial, distinta a la de todos los días, ya que se está celebrando el Nacimiento del Hijo de Dios. Esta costumbre nació en Europa y simboliza la abundancia que Cristo nos trae con su llegada.

Antes de la cena, la familias se reúnen junto al Nacimiento y para realizar la ceremonia de arrullar y acostar al Niño Dios.

La Fiesta de la Epifanía o Día de Reyes
El 6 de enero se celebraba desde tiempos inmemoriales en Oriente, pero con un sentido pagano: En Egipto y Arabia, durante la noche del 5 al 6 de enero se recordaba el nacimiento del dios Aion. Creían que él se manifestaba especialmente al renacer el sol, en el solsticio de invierno que coincidía hacia el 6 de Enero. En esta misma fecha, se celebraban los prodigios del dios Dionisio en favor de sus devotos.

La fiesta de la Epifanía sustituyó a los cultos paganos de Oriente relacionados con el solsticio de invierno, celebrando ese día la manifestación de Jesús como Hijo de Dios a los sabios que vinieron de Oriente a adorarlo. La tradición pasó a Occidente a mediados del siglo IV, a través de lo que hoy es Francia.

La Rosca de Reyes
Después de que los Reyes adoraron a Jesús, un ángel les avisó que no regresaran donde Herodes y ellos regresaron por otro camino. Herodes al enterarse que había nacido el Rey que todos esperaban, tuvo miedo de perder su puesto y ordenó matar a todos los niños menores de dos años entre los cuales se encontraría dicho Rey.
La Sagrada Familia huyó a Egipto y el niño Dios se salvó, otras familias escondieron a los bebés en tinajas de harina y así no fueron vistios y salvaron sus vidas. Desde entonces, los judíos comían pan ázimo el 6 de enero en el que escondían un muñeco de barro recordando este acontecimiento.

Los primeros cristianos tomaron un poco de esta tradición y la mezclaron con la historia de la visita de los Reyes Magos para la celebración de la Epifanía: cambiaron el pan ázimo por pan de harina blanca y levadura, cocida en forma de Rosca, endulzándolo con miel y adornándolo con frutos del desierto, como higos, dátiles y algunas nueces.

Para los cristianos, la forma circular de la rosca simboliza el amor eterno de Dios, que no tiene principio ni fin. Los confites son las distracciones del mundo que nos impiden encontrar a Jesús.

El muñequito escondido dentro de la rosca, simboliza al Niño Jesús que los reyes no encontraban porque la estrella desaparecía.


lunes, 10 de diciembre de 2012

Caritas



http://www.caritas-zaragoza.org/ennuestrosbarrios.php

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domingo, 9 de diciembre de 2012

La Virgen María en los inicios del CNC


http://cruxsancta.blogspot.com.es/2012/12/agencia-de-kiko-turismo.html#.UMWIp4fWhwk



La Virgen María en los inicios del CNC

Este es un testimonio de un participante del Foro
«Cuando yo empecé el camino,eso fué casi al principio de los tiempos, de la Virgen ni se hablaba, había desaparecido de la mente de Kiko.  
Fué bastantes años más tarde cuando le llamaron la atención desde el Vaticano, cuando ya parecía bastante judaizante y mormon el camino si además no se tenía encuenta a la virgen, ya olía demasiado mal hasta para el mismo Juan Pablo II.  
Y de repente se le ocurre la peregrinación a Loreto y el rezo del Rosario diario, que nos quedabamos alucinados por ese repentino fevor a la Virgen.  
Por supuesto la imagen de Maria de total sumisión, para que las mujeres fuéramos tomando nota.
A todas las cosas que a kiko se le ocurre ellos lo llaman como un  soplo del espíritu, y más bién es aprovechamiento para coger posiciones de cara al poder.»

Pintura de Kiko Arguello "Varon de Dolores" se "aprecia" a la "Virgen María"