El Papa señaló con dureza la difamación y la calumnia. Con Merkel hablaron de la crisis. Volvió a romper el protocolo en San Pedro.
- 19/05/2013 00:01 | Agencias AP y EFE
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Ciudad del Vaticano. El mismo día que recibió a la canciller alemana, Angela Merkel, para tratar temas como la grave crisis que atraviesa Europa, el papa Francisco señaló con dureza la “difamación, la desinformación y la calumnia” porque dañan y “son un pecado”.
El papa argentino recibió en audiencia privada a Merkel en un coloquio que se extendió 45 minutos, durante los que abordaron temas como la grave crisis que atraviesa Europa y la defensa de los derechos humanos. La reunión, en la que también se abordaron las persecuciones contra los cristianos, se realizó con la presencia de un intérprete, explicaron voceros del Vaticano.
El Papa y la canciller, de confesión protestante, hablaron de Europa, continente que se destaca como “comunidad de valores” y que tiene “responsabilidad en el mundo”, informó el Vaticano en un comunicado.
Ante la crisis socioeconómica en Europa, se pidió el compromiso de “todos los componentes civiles y religiosos a favor de un desarrollo basado en la dignidad de las personas e inspirado en los principios de subsidiariedad y solidaridad”.
En los coloquios con Bergoglio y luego con el secretario para las Relaciones con los Estados, monseñor Dominique Mamberti, se recordó “la larga historia de relaciones entre la Santa Sede y Alemania”.
En el momento del intercambio de regalos, tras una reunión calificada de “cordial” y privada en la Sala de la Biblioteca, la canciller alemana le entregó a Francisco tres volúmenes del poeta Friedrich Holderlin, en una edición original de 1905.
El poeta, citado recientemente por él durante una intervención, es uno de los preferidos de Bergoglio.
Merkel, quien se encontró por segunda vez con Bergoglio, tras darle la mano luego de la misa del inicio de su pontificado el 19 de marzo, también le regaló una colección de música clásica del director de orquesta Wilhelm Furtwangler.
“No sé si usted encontrará el tiempo para escucharlos”, dijo Merkel al Pontífice.
En el vuelo que la llevó a Roma, Merkel contó que leyó el libro-entrevista sobre Jorge Bergoglio que se publicó la semana pasada en Alemania.
“Es un libro que prácticamente devoré, lo encontré muy interesante”, declaró la canciller, quien destacó que tanto ella como Francisco vivieron en dictaduras.
Al respecto, Merkel expresó estar “muy convencida” de la “bondad” de las acciones de Francisco ante el caso de los dos jesuitas arrestados y torturados en los años ’70 en Argentina, en plena dictadura.
Merkel viajó a Roma con una delegación de 15 personas sólo para entrevistarse con Francisco, consciente de la importancia de los votantes cristianos para las elecciones de septiembre próximo. Tras la audiencia con el Papa, la mandataria regresó a Alemania.
Contra el chisme. Más temprano, durante su homilía en la iglesia de Santa Marta, Francisco expresó: “La desinformación, la difamación y la calumnia son pecados”.
Bergoglio señaló con dureza la costumbre de decir “sólo la mitad de las cosas que sabemos” o decir palabras sólo para “arruinar la reputación de una persona” o afirmar cosas “que no son verdad” y entonces, de ese modo “matar al hermano”.
Ante un grupo de estudiantes de la Lateranense, Francisco centró su mensaje en una práctica que, bajo forma de desinformación, difamación y calumnia, destruye a la Iglesia.
“¿Cómo se presenta el chisme?”, preguntó el Papa, y respondió que de tres maneras. Una es la “desinformación”, el decir verdades a medias, sólo la verdad que es conveniente.
Francisco agregó que otra forma del chisme es la “difamación”, al explicar que “cuando una persona de verdad tiene un defecto o cometió un error, con contarlo, hacer de periodistas, la fama de esta persona queda arruinada”.
“Y la tercera es la calumnia: decir cosas que no son ciertas. Eso es directamente matar al hermano. Las tres. Desinformación, difamación y calumnia, son pecados. Es dar una cachetada a Jesús en la persona de sus hermanos”, amplió luego con más énfasis.
Recorrido ampliado
Ante 120 mil peregrinos. En un jeep blanco abierto, el Pontífice recorrió ayer la Plaza de San Pedro para saludar a los fieles que lo habían aguardado durante horas en la jornada vespertina destinada a estimular a los católicos a vigorizar su fe. El Vaticano calculó la multitud en 120 mil personas. Con saludos joviales y a veces arrojando besos a la entusiasta multitud, Francisco traspuso con el papamóvil el extremo de la plaza, límite tradicional para que los pontífices saludaran a los fieles, y siguió por la avenida que va del Vaticano al río Tíber antes de dar la vuelta. Durante el recorrido pasó por cafés, locales de regalos y un hotel popular entre los peregrinos. Así, el papa Francisco sigue extendiendo los límites y rompiendo los protocolos.
Abrazo ante la multitud
En su recorrido, Francisco abrazó ayer a Paul Bhatti, un orador en la jornada. Su hermano Shahbaz, un ministro del gobierno paquistaní, fue asesinado en 2011 después de reclamar mayor libertad religiosa para los cristianos en el país asiático.
El texto original de este artículo fue publicado el domingo 19 de mayo de 2013 en nuestra edición impresa. Ingrese a la edición digital para leerlo igual que en el papel.
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