miércoles, 10 de noviembre de 2010

BIBLIOGRAFIA DE KIKO ARGUELLO












Vacío

existencial y encuentro con Dios
Kiko Argüello era uno de los prototipos

contestatarios de los años sesenta. De familia burguesa y católica, estudió Bellas Artes en

Madrid. Pronto cayó en el ateísmo. Ganó un Premio Nacional de Pintura. A pesar del éxito

profesional, no era feliz: «Había muerto interiormente y sabía que mi fin seguramente sería

el suicidio, antes o después –confiesa en una de las pocas entrevistas que ha

concedido–. Vivir cada día significaba todo un sufrimiento. Cada día lo mismo: ¿Para

qué levantarme? ¿Quién soy yo? ¿Por qué vivimos? ¿Para qué ganar dinero?

¿Para qué casarse? Y así, todo ante mí carecía de sentido».


«Preguntaba

a la gente a mi alrededor –añadía en aquellas declaraciones concedidas al diario español La

Razón (8-01-2000)–: «Perdona un momento, ¿tú sabes por qué vives?» y no

sabían qué responder. Se abría un gran abismo dentro de mí. Escapaba de mí mismo. Ese abismo era

una llamada profunda de Dios, que me estaba llamando desde el fondo de mí mismo».


Un día entró en

su cuarto y comenzó a gritar a ese Dios: «¡Si existes, ayúdame, no sé quién eres,

ayúdame! Y en aquel momento Dios tuvo piedad de mí, pues tuve una experiencia profunda de

encuentro con el Señor que me sobrecogió. Recuerdo que comencé a llorar. Sorprendido, me

preguntaba, ¿por qué lloro? Me sentía como agraciado, como uno a quien delante de la muerte,

cuando le van a disparar, le dijesen: "Quedas libre, gratuitamente quedas

libre"».
El Camino

Neocatecumenal
«Eso fue para mí pasar de la muerte

a ver que Cristo estaba dentro de mí, y que alguien dentro de mí me decía que Dios existe, como

comenta San Pablo: "El Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de

Dios"».


Siguiendo las

huellas del padre Charles de Foucauld, en 1964 deja todo para vivir entre los más pobres, en las

barracas de Palomeras Altas, en la periferia de Madrid. En contacto con los pobres, el Señor le

lleva a descubrir una síntesis teológica catequética y formará con ellos, por obra del Espíritu

Santo, una comunidad que vive celebrando la Palabra de Dios y la Eucaristía.


Aparece el

trípode sobre el que se basa el Camino Neocatecumenal: Palabra, Liturgia y Comunidad. Con

Carmen Hernández, y con ayuda de algunos sacerdotes, esta experiencia es introducida en algunas

parroquias españolas. Nacía así esta una nueva realidad eclesial.


Un

acontecimiento muy importante fue la visita de monseñor Casimiro Morcillo, entonces arzobispo de

Madrid, a aquella comunidad de Palomeras. Profundamente conmovido, reconoció la acción de Dios en

aquellos pobres y bendijo aquel embrión del Camino Neocatecumenal, el cual, desde aquel día, ha

sido llevado adelante por Kiko y Carmen, buscando la comunión con los obispos.
Recuperar

la fe
Después Kiko y Carmen fueron llamados a

predicar el Evangelio a algunas parroquias de Madrid. Allí, entre gente de clase media y culta,

personas de parroquia que, en el fondo, estaban convencidas de ser ya cristianas y que se

defendían frente al anuncio de Jesucristo y de la llamada a conversión, apareció poco a poco ante

sus ojos el catecumenado como itinerario de iniciación cristiana, gradual y progresivo, por

etapas, para llegar a las aguas de la piscina bautismal, y, por lo tanto, la necesidad de un

neocatecumenado, de un catecumenado post-bautismal.


¿Qué es el

Camino Neocatecumenal? Para Kiko Argüello «el proceso actual de secularización ha llevado a

mucha gente a abandonar la fe y la Iglesia. Por eso es necesario abrir de nuevo un itinerario de

formación al cristianismo». «El Camino Neocatecumenal no pretende formar un movimiento

en sí mismo, sino que trata de ayudar a las parroquias a abrir un camino de iniciación cristiana

hacia el bautismo para descubrir lo que significa ser cristiano. Es un instrumento al servicio de

los obispos, dentro de las parroquias, para volver a traer la fe a tanta gente que la ha

abandonado».
Misionero

en todo el mundo
Esta experiencia, como él mismo explica,

recupera de la Iglesia primitiva el «kerigma», que es el anuncio de la salvación, al

que le sigue un cambio de vida en el catecúmeno y que es sellado posteriormente por la

liturgia.


«La

renovación –comenta Kiko Argüello– que se ha llevado a cabo en las parroquias,

gracias al neocatecumenado, ha provocado de hecho un sorprendente impulso misionero que ha hecho

que muchísimos catequistas y familias enteras se ofrezcan para ser enviados a aquellos lugares de

la Tierra donde sea necesario evangelizar. Otro fruto importante en la iglesia local es el

florecimiento de numerosísimas vocaciones, tanto a la vida religiosa como a la vida sacerdotal.

Ha posibilitado el resurgimiento de cuarenta seminarios diocesanos misioneros que puedan acudir

en ayuda –en este momento de falta de vocaciones– de tantas diócesis que se

encuentran en dificultad».

http://caminoneocatecumenal1.blogspot.com/2010/11/bibliografia-de-kiko-arguello.html

1 comentario:

  1. La Paz. No habrás querido decir Biografía? es que el término bibliografía se emplea para libros. Un saludo

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